Trauma y EMDR

TRAUMA COMO CONCEPTO

Trauma proviene del latín y significa «herida». Por tanto, un trauma en el vocabulario psíquico se refiere a la exposición a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos que una persona tiene de afrontar la situación. Esto puede ser porque sea inesperado, de gran magnitud o por causas a veces inesperadas, y se genera un «impacto» en nuestra mente.

Muchas veces, el organismo tiene un mecanismo de afrontamiento por el cual, a veces se «omite» información de lo sucedido. La mente puede provocar disociaciones de lo sucedido. Estas son, como «agujeros» en el recuerdo de una persona; lo que dificulta muchas veces conseguir la información omitida durante posiblemente bastante tiempo.
Se puede hablar de traumas simples y complejos.

Los traumas «simples» (T) se refieren a todos aquellos por los que más normalmente conocemos al trauma. Son los accidentes, robos, violaciones, secuestros, desastres naturales, pérdida de seres queridos y todo lo que tenga que ver con violencia (de género, intrafamiliar, maltrato físico, sexual y psicológico).

Entre los síntomas que podemos encontrar con este tipo de traumas se encuentran: Sueños recurrentes, flashback, amnesia, restricción de la vida afectiva, dificultades para concentrarse, insomnio, ataques de ira/irritabilidad, desapego, etc.
Los traumas «complejos» (DESNOS, t) se refiere a los de carácter acumulativo. Se trata de una serie de traumas de frecuencia y duración prolongados. Generalmente comienzan en la infancia y se extienden hasta la edad adulta, pero pueden tener su inicio en la etapa adulta. Es por ello que podemos incluir aquí también los maltratos y abusos, así como sometimientos o alteraciones del apego.

Para este tipo de traumas existen manifestaciones como autoagresiones, ideación autolesiva persistente, desinhibición sexual, consumo/dependencia de tóxicos, conductas bulímicas, etc.
Muchas veces podemos pensar que es muy difícil que esas cosas ocurran en nuestro entorno. Como dato, 20 al 25% de las niñas y del 10 al 15% de los niños sufren algún tipo de abuso sexual antes de los 17 años. Vera Poseck, B., Carbelo Baquero, B., Vecina Jiménez, M.L. «La experiencia traumática desde la psicología positiva: Resiliencia y crecimiento postraumático». Papeles del Psicólogo, vol 27 (2006).

EMDR COMO HERRAMIENTA DE INTERVENCIÓN EN TRAUMA

El acrónimo EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) hace referencia a una herramienta psicológica para desensibilizar y reprocesar traumas.La técnica fue descubierta por la psicóloga Francine Shapiro en 1987.
En resumidas cuentas, cuando ocurre un hecho traumático, el sistema cerebral de procesamiento natural de aquella información se encuentra bloqueado por la exposición a los agentes bioquímicos segregados de forma masiva (adrenalina, cortisol, etc.).

La técnica consiste, en una estimulación de los dos hemisferios cerebrales. El derecho está más relacionado con las emociones y creatividad, mientras que el izquierdo más con la lógica, el habla y la escritura.

Se puede realizar de diversas formas. Por movimientos oculares, sonidos bilateralizados o pequeños toques (tapping). De esta forma se estimulan las células marcapasos septales situadas en el cíngulo (parte que separa los dos hemisferios). También se observa un aumento de la actividad del tálamo, al que podríamos considerar como “la puerta de entrada a la corteza cerebral” y por tanto a la conciencia.

Es similar a lo que sucede con el procesamiento de la información que hacemos en la fase REM (movimientos de ojos rápidos) del sueño. Son los movimientos que hacemos en una fase del sueño por la que supuestamente se procesa la información.
Todo el material no procesado, por tanto, queda en un estado de excitación dentro de una red neuronal, que puede saltar por cualquier estímulo disparador y volver a recrear esas sensaciones, emociones e incluso llegar a crear cogniciones negativas.
Con esta técnica se consigue incorporar esta información de una forma auto-curativa.